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sábado, 8 de octubre de 2022

Agosto cerrado y prisas en octubre

 Agosto cerrado, prisas en octubre: la irresponsable actitud de las universidades ante su descoordinado proceso de admisión que debería avergonzarlas

OVIEDO TENDRÁ QUE LLAMAR A MATRÍCULA A MÁS DE 100 ESTUDIANTES ENTRE EL 15 DE OCTUBRE Y EL 20 DE OCTUBRE PARA CUBRIR 23 VACANTES. PARA ENTONCES GALICIA Y PAÍS VASCO YA HABRÁN CERRADO SU PROCESO DE ADMISIÓN Y LAS VACANTES GENERADAS POR ASTURIANOS QUE ABANDONEN NO SERÁN CUBIERTAS

Si ya el proceso de admisión descoordinado perpetrado por una mal entendida autonomía da pie a un proceso ineficiente, en los próximos días estamos a punto de asistir al siguiente despropósito de este proceso de admisión.

Presionadas por los Defensores Universitarios tras las quejas del año pasado e invitadas a ello por el Defensor del Pueblo, parte de las universidades españolas han optado este año por establecer ciertos criterios comunes en el proceso de admisión. Pero lo que observamos, es que estos criterios comunes básicamente se han reducido a imponer el 15 de octubre como fecha final del proceso de admisión. Todo ello con el fin de evitar que su descoordinación extienda el proceso de forma infinita por su propia conducta irresponsable.

Optan así por una solución cómoda que es echar el cerrojo estampándoles a los estudiantes y sus familias las consecuencias de su arcaico, ineficaz, prehistórico y obsoleto sistema de admisión. Algo que podría llegar a tener sentido si a la vez hubieran optado por agilizar el proceso con más listados y más tempranos y cada menos tiempo y que en todo caso entra en colisión con la normativa que las obliga a no dejar plazas vacantes. 

Pero fieles a sus estilo y en lo que constituye una absoluta vergüenza e irresponsabilidad por parte de las universidades se pacta una fecha de cierre del proceso sin ampliar el número de llamamiento y sin acortar los plazos que dan para matricularse y manteniendo paralizado el proceso de admisión durante el mes de agosto (que nadie toque sus vacaciones ni las altere) como si el proceso de admisión no fuera un punto crítico en la vida de los futuros estudiantes, cuyo futuro profesional dependerá en gran parte de si logran plaza en la carrera que ellos desean. En el caso de Medicina, éste punto es especialmente crítico.

Ni sus llamamientos presenciales, con los costes que implican para los estudiantes de otras provincias, ni sus botones de confirmar lista de espera sirven para evitarles el ridículo de actuar de forma descoordinada como si se trataran de 17 entes independientes que pueden actuar sin tener en cuenta lo que ocurre en paralelo en las demás regiones. Tres meses después de empezar el proceso sólo 3 facultades andaluzas están con las plazas ofertadas cubiertas. El resto sigue llamando a la desesperada para intentar cubrir las plazas sin conseguirlo. La Complutense el 5 de octubre ha tenido que actuar depurando su lista de espera y convocando a matrícula a 24 estudiantes a la desesperada.

Junto a Andalucía, que tiene 11 vacantes sin cubrir y que está pendiente de dar respuesta a los escritos remitidos por los estudiantes y sus familias exigiendo que cubra las plazas ofertadas, el ejemplo paradigmático de irresponsabilidad lo constituye la Universidad de Oviedo. La universidad asturiana se permitió el lujo de realizar un llamamiento el 6 de septiembre y no volver a realizar ninguno hasta el día 27 de septiembre, cuando de sus 150 plazas ofertadas no estaban cubiertas ni 100. Hoy, 8 de octubre, tiene sólo 127 plazas ocupadas. Además, el último llamamiento del 6 de octubre, con toda la calma del mundo da de plazo hasta el 14 de octubre para ver si rasca alguna matrícula más. Esta irresponsabilidad provoca que entre el 15 de octubre y el 20 de octubre (cuando quiere cerrar el proceso) Oviedo tendrá que convocar a entre 100 y 200 alumnos para resolver el proceso de admisión: más de los que ha hecho en ninguna lista de las publicadas hasta ahora. Se deja para los últimos 5 días lo que se podía haber hecho en 3 meses. Y la gravedad del asunto no es menor: sus vecinas Galicia y País Vasco son dos de las regiones que han fijado el 15 de octubre como cierre del proceso. Por tanto cuando Oviedo llame a matrícula a más de 100 estudiantes para cerrar su proceso y algunos de ellos abandonen País Vasco o Galicia, éstas ya habrán dado carpetazo al proceso.

Además, Galicia parece que ahora vuelve a exigir confirmar seguir en lista de espera a los estudiantes que esperan Medicina cuando esto no se exigía a las titulaciones que figuraban como cerradas hasta ahora. No deja de ser una muestra de la desesperación de la Universidad de Santiago ante la imposibilidad de llenar las plazas por el fenómeno de la multipreinscripción en toda España y la descoordinación de las universidades y la ausencia de información compartida.

Produce vergüenza ajena esta forma impune de actuar sabedores de que no tendrá ninguna consecuencia el perjuicio que causen a los estudiantes en espera. Llegará otro curso y volverán a hacer lo mismo, como llevan haciendo casi 20 años, y podrán seguir disfrutando de su autonomía para perjuicio de numerosos estudiantes y sus familias que asisten desprotegidos a este absoluto esperpento. Y en lugar de optar por una lista única nacional que solucione el problema seguirán empeñados en perjudicar a familias y estudiantes a cambio de volver a diseñar 17 sistemas de acceso a la universidad diferentes y descoordinados.

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